Pesadillas balcánicas
Historia y literatura en la última guerra europea del SXX

Javier Melero y Antonio Ramírez

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Cuando apenas despuntaba la primavera de 1991, un grupo de paramilitares serbios, tropas de élite croatas y el ejercito regular de yugoeslavo chocaron de forma violenta, en la disputa por el control de la pequeña ciudad de Pakrac, en la región de Eslavonia.

Este incidente se considera el primer episodio de las guerras que durante las últimas décadas del SXX desangraron los territorios que hasta entonces formaban parte de la República Federativa Popular de Yugoeslavia, heredera de la entidad constituida al final de la Gran Guerra con el objetivo de ofrecer una nación a los llamados “eslavos del sur”. Pero no sólo eslavos convivían en esta región de geografía abrupta: seis grupos étnicos con aspiración nacional propia – serbios, croatas, eslovenos, bosnios, montenegrinos y macedonios – más una decena de comunidades étnicas minoritarias – húngaros, italianos, albaneses, búlgaros, rumanos, eslovacos, checos, austríacos, ucranianos, gitanos, judíos sefardíes, judíos askenazis, turcos… -; comunidades que compartían territorios y regiones en los que las mayorías y las identidades nunca fueron claras ni definitivas, que hablaban por lo menos tres lenguas oficiales -serbocroata, albanés, húngaro- y otras muchas vernáculas, y practicaban cuatro religiones que se mantuvieron siempre distantes unas de otras -cristiana católica, cristiana ortodoxa, musulmana y judía. Y por si fuera poco: dos escrituras, la cirílica y la latina.

Es como si la historia de los Balcanes concentrara toda la tensión violenta que ha atravesado la moderna historia europea: los enfrentamientos que acompañaron a la construcción de los estados nacionales tras la caída de los grandes imperios multiétnicos, la destrucción y los desplazamientos forzados de población que supuso la Primera Guerra, la violencia genocida del fascismo y la Segunda Guerra, la resistencia a pesar de todo, la dictadura comunista peculiar que representó el régimen de Tito. Con la caída del comunismo y el final de la Guerra Fría, siglos de enfrentamientos parecieron resurgir desde un pasado confuso y oscuro, como en una pesadilla, envolviendo de brumas míticas, a modo de justificación y proclama, una furia sanguinaria y asesina, en realidad agitada por políticos ambiciosos, élites corruptas e intelectuales sin escrúpulos. Volvieron escenas que se pensaba, después de Auschwitz, nunca volveríamos a ver en Europa: masacres, limpieza étnica, asesinatos de civiles y destrucción ciega.

Hemos querido recoger aquí algunas miradas, desde la literatura, sobre esta historia trágica: el gran fresco de siglos de vida balcánica, antes de la tormenta, que ofrece Ivo Andric, la escritura sutil, directa y sobria de Danilo Kis, uno de los más grandes escritores europeos del SXX, hasta las aproximaciones más recientes de Vojnovich, Colic y Ternoven, exploraciones literarias de unas vivencias desgarradoras.