Las gaviotas -elemento simbólico predominante- revolotean a su alrededor o le llevan en volandas, mientras contemplamos el atardecer, las torres de la Sagrada Familia sobresaliendo entre los tejados y las palmeras, la iglesia de Santa Maria del Mar surcando las olas o la fachada modernista de la Casa Batlló sumergida en el fondo marino. Porque el mar es, precisamente, uno de los elementos más presentes en estas páginas, junto con la arquitectura modernista: ambos consiguen convertir al lector/a en visitante virtual de la ciudad, sin temor a aglomeraciones.
La originalidad de esta obra -como en las precedentes, Compostela y Lisboa- radica en un cierto extrañamiento de los escenarios visitados; la mirada imaginativa, desafiante y alternativa a la realidad. La importancia de la luz, la profusión en el colorido y la audacia en las perspectivas son otras cualidades de este esmerado libro de artista.
David Pintor (A Coruña, 1975) es ilustrador y pintor. Ha recibido, entre otros, los premios Andersen 2015 (Italia) y Nami Island 2013 (Corea), el premio de la Society of News Design, el Pura y Dora Vázquez de ilustración, el Premio Internacional Clermont-Ferrand de cuadernos de viaje, el Premio Ilustrador del Año Città del Sol y el 2º Premio de la Feria del Libro de Sharjah (Dubai) por las ilustraciones de “Almanaque musical”. Además, ha sido finalista de los CJ Picture Book Awards (2011) e incluido en la lista The White Ravens (2009, 2011 y 2014). Su obra fue seleccionada en varias ediciones de la Bienal de Ilustración de Bratislava y de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia.
Presentación a cargo de Arnal Ballester, y Gusti.
Barcelona, de David Pintor
David Pintor presenta un “viaje ilustrado diferente” por las calles y las plazas de Barcelona, una ciudad donde “la magia puede aparecer detrás de cualquier esquina”. Su alter ego recorre una treintena de espacios, desde Montjuïc al Barrio Gótico, pasando por el Ensanche o Gràcia: los edificios históricos con el sello inconfundible de Gaudí, las modernas edificaciones de los museos, los cafés emblemáticos, las plazas recónditas y otras más concurridas, los áticos y los balcones, los suelos de baldosa tan representativos de las viviendas de la ciudad...